viernes, 6 de junio de 2014

Viaje a Benenden:

 

Hace unos días, un grupo de 20 alumnas de 2º de la E.S.O. fuimos con Bea Villacé (profesora de naturales y matemáticas en la E.S.O.) y Carol (la coordinadora de primaria) a Benenden, un internado inglés al sur de Londres.

Todas estábamos nerviosas por ir, pues para algunas era su primer viaje en avión (un buen ejemplo son las que escriben este artículo) y, además, era un viaje sin padres.

El primer día fuimos a Londres, donde nos presentaron a las alumnas inglesas, y visitamos el London Eye (menudas vistas...) y el Cutty Sark (un velero splitter de la ruta del té).

Y, cuando llegamos al internado, nos enseñaron las casas donde dormiríamos y se ofrecieron a subir nuestras maletas hasta la habitación (gran ejemplo de la buena educación que tienen).

Hubo un día (para ser exactas, el lunes) que lo único que hicimos fue hablar de Romeo y Julieta y, como no, de su autor: William Shakespeare. El resto de días dimos las clases con ellas y en una de esas clases el profesor de religión (Mr Peter Sage) nos puso una peli en español para que no nos aburriéramos en clase y, al final de la hora nos regaló una taza de Benenden con una postal y un lápiz del colegio. Además, hubo un día que nos llevaron por la tarde de compras a Hastings y a ver la iglesia de Rye (esta iglesia es muy particular, ya que tiene un péndulo que cuelga de la entrada) y, otro día que nos hicieron unos juegos a las españolas (que las dos que escribimos nos perdimos por andar desaparecidas y perdidas en ese megacolegio y, por eso Sofía, la coordinadora del departamento de idiomas, nos regaló una tableta de chocolate).

Me impresionó el “pryer” que hacen todos los días por las mañanas por el respeto que muestran hacia los profesores cuando entran ya que se ponen de pie en el más absoluto silencio.

Otra cosa que nos llamó mucho la atención fue el concierto que realizaron el viernes a la hora de comer, había un piano, una trompeta, un trombón, dos violines, varias flautas y varias chicas que tenían una voz espectacular, parecía mentira que esas voces pudieran salir de esas chicas.

La comida estaba riquísima (cabe destacar las galletitas y los dulces) y por servicios y vida acomodada no nos podíamos quejar (vivíamos como reinas).

No queremos aburriros con nuestras aventuras, así que, para terminar queremos darles las gracias a Bea y Carol por acompañarnos y soportarnos durante este viaje, a Blanca por acompañarnos en nuestras visitas turísticas, a todas las niñas y profesores del colegio y especialmente a Sofía por organizarlo, a Mrs Almond (matrona en la casa de Guldeford) por cuidarnos tanto y dejarnos tocar a su gata Molly y a Mrs Warburton por contarnos la historia de Kitty Fishers.

 

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Susana Lázaro-Carrasco Calvo y Rosario García Sánchez (2ºA ESO).

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